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Respuesta a pregunta
En línea con mi reflexión de la pregunta No. 2, el desafío más complejo a superar es el de la cultura de la corrupción, porque no es suficiente dar ejemplo de probidad y transparencia en un entorno en donde las prácticas corruptas son parte del diario vivir. Recientemente, una colega de la cancillería de alto rango, frente a la duda que tenía sobre recibir unos regalos, beneficios o dádivas de un particular, consideró que se debía apelar al “sentido común” para determinar qué regalos recibir y cuáles no. En ningún momento pensó que pasaba por la ética y el conflicto de intereses y no por el “sentido común”, que tiene que ver más con la “sabiduría popular”. Ese es el core del asunto. Un funcionario ético y transparente debe superar muchos obstáculos para conseguir el liderazgo y el reconocimiento porque dar “buen ejemplo” en un marco de principios y valores, no es bien visto por la mayoría, que se desenvuelve en las dinámicas propias de nuestra idiosincrasia.
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